BREVEDAD


 
 Te quise de una modo platónico desde la primera vez que te vi.
Ese primer cruce de miradas tan vivido en mis recuerdos,
tan vago en tu memoria.

El tiempo paso y la vida nos cruzo,
siempre aguarde a que tu me notaras.

Hasta que una noche el encuentro sucedió.
Nuestros cuerpos apretados,
nuestros besos fervorosos,
fue tal la intensidad que sentí,
que enardecía
sin embargo,
vos inmutable, te daba lo mismo.

Como serán las cosas del destino, que seguía pasando
la vida nos seguía juntando.
Llegue a creer que esta vez, si era el momento.
Pero me equivoque o quizás no...

Despacio, poco a poco te ibas adentrando en mi.
Explorabas casi sin buscarlo cada rincón de mi complejo corazón.
Haciendome experimentar que no era alguien difícil de llevar,
distinto a lo que anteriores me habían hecho suponer.

Y así, de a poquito me entregaba, quizás como no lo hice con nadie. O al menos, eso me gustaba creer.

Te quise mas que platónicamente cuando te desnudaste en alma.
Cuando no careteaste nada.
Cuando se te quebró la voz al confesarme tu mayor temor.
Cuando en la primer juntada buscabas consuelo en mis brazos.

Te quise en la ultima juntada cuando mirando la luna,
esperabas conquistarme.
Te quise cuando me contaste tus debilidades
y confesaste tus arrepentimientos.

Ambos sabíamos que nos resultaba fácil, pasar el tiempo.
Y casi que abusábamos de eso.

Conocí un poco tu alma,
y te permití conocer un poco la mía. Que gozo.

Te quise cuando no tenia ninguna certeza sobre un futuro.
Cuando no estábamos juntos siempre pensaba de mas,
disipando cualquier buen sentimiento,
creando dudas,
ahogándome en ellas.

Pero cuando te veía, nada te decía.
Todo eso bueno volvía y me invadía.

Quizás el error fue mio, por guardarme tanto.
Por callarme mis sentimientos,
Por tener miedo de confesar que te elegía siempre por encima del resto.

Quizás el error fue mio, al creer que mi amor era desinterado.
Cuando la verdad fue que siempre en silencio espere corresponderte.

Un día deje que los miedos que venía acallando me dominaran,
y desaparecí.
Sin intención de que fueras detrás de mi. Aunque lo anhelaba.

Me fui,
porque si me quedaba hubiera dejado de ser yo,
para comenzar a ser lo que tus ojos buscaban en otras y no en mi.

Me fui,
porque si me quedaba me iba a perder,
me iba a dañar,
te iba a culpar.

Me fui,
sin avisar,
sin explicar.

Con la excusa premeditada
de perderme en vos.
Conseguí hundirme en mi.
Pague caro la racionalidad.

¿Fue un acto de amor propio silenciar al corazón?

Llegue a creer que esta vez, si era el momento.
Pero me equivoque o quizás no...
Quizás eramos eso,
una lapso breve en el tiempo.






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